viernes, 2 de diciembre de 2011

Mi Julie & Julia Project


La llama otra vez encendida, muy encendida. 4 minutos de conversación, no más, maravillosos,
Simpatiquísima, risueña, habladora, graciosa. Como no se había manifstado este año. Ofreciéndose el martes para quedar. Fue, salvo otro caso posible, la mejor situación que se podía haber dado. Antes me había preparado una hoja con los casos posibles: que no contestara, que dijera que no podía quedar... Y nada de esto sucedió, sino todo lo contrario.
Así que, con el positivismo de ayer, junto con la admiración que me provocó 'Julie&Julia', voy a empezar, como Julie, un blog. No se trata bien de empezar, porque ya lo había empezado, sino darle el tratamiento público. Además, esto es una forma de escribir que hasta ahora no había hecho, me había limitado a hacerlo como diario.

Empezamos: queridos lectores, había estado pensando un par de días atrás si llamar a Anna o no. Por un lado, habían pasado bastantes días desde la última vez que nos vimos (sábado 5 de noviembre). Y entre medio muchos sucesos. Uno fundamental, el mismo domingo 6 de noviembre, o la reafirmación de mi independia, de lo bien que funció ese día. Por otra parte, pues sí, amigos, mucho trabajo. No os lo había dicho, pero cuando me llevo trabajo a casa, tengo la costumbre de escuchar Siglo 21. De hecho, es la actividad más importante, hacer presentaciones o cálculos en Excel es un complemento a la música (es extraordinario, por ejemplo, descubrir 'Intro' de M83, cobra una dimensión totalmente distinta oírla en Siglo 21 que en el MP3). Este mes he escuchado todos los programas, algunos por duplicado e incluso he recuperado antiguos de septiembre. Esto significa más de 1 h de media al día. Esto es una aproximación a la cantidad de trabajo diario. Más tareas: iniciar nuevos proyectos (algo que había estado aparcando toda el año, y cuando digo todo, es todo, esto además es mucho trabajo), hacer los números para el año que viene, problemas en dos de las líneas, preparar mejor que nunca las presentaciones del lunes (después de una calamitosa actuación el lunes 14 de noviembre, donde estuve muy tímido y apocado - más de lo habitual).

Todo esto me ha mantenido muy ocupado. Y lo cierto, me guste o no, es que mientras me mantengo ocupado hay menos tiempo para el romanticismo. En navidades, por ejemplo, me da más tiempo para pensar en 'otras cosas'. Por otra parte, el tiempo va cerrando heridas y estaba, sin estar cerrada (ni mucho menos) iba curando.

¿Qué ha hecho que esta semana, con toda la falta de sueño, ocupado, cansado, haya pensado en llamarla? No sé la respuesta, pero puede que ese mismo distanciamiento que había conseguido me ha permitido atreverme a acercarme. En definitiva, ha sido hacer un paso adelante sin miedo a las repercusiones que un rechazo pudiera tener. Cuanto más cercano me he sentido a Anna, más miedo a perderla y más temor a hacer un paso adelante. Estando ocupado no hay tiempo para lamentar que Anna no escribe.

Así que la llamé, 22:07 h. 9 sobre 10. Sobresaliente. Y otra vez enganchado. Inmediatamente mi mente empieza a organizar el martes y la visita a Anabel, comprar ropa, regalos a Aina y Neus, no ir a trabajar el lunes, limpiar la casa, cenar en casa.

La realidad de hoy: debo ir a trabajar el lunes, si cenamos, que sea en un restaurante y no en casa. Punto. Lo importante, decidido a dar un paso adelante. He pensado incluso el ofrecerle compartir piso conmigo. Pero es por aquí por donde quiero ir, quiero ir por dejar de ser el amigo majo...

En el siguiente episodio.